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Cómo las rutinas de gestión eficaces pueden impulsar tanto la excelencia operativa como los resultados de seguridad

Publicado: 2021

¿Cómo mejorar la disciplina operativa y crear un sentido de responsabilidad por la seguridad y por el rendimiento de una fuerza laboral amplia, diversa, multinacional y en constante cambio? Las desafiantes condiciones laborales hacen de esta cuestión un dilema común en la industria alimentaria. Los supervisores, gerentes y líderes de equipo están en una posición especial para involucrar a las personas y establecer una mentalidad que reconozca tanto los riesgos como las oportunidades de mejora. Como la seguridad y las operaciones son fundamentalmente interdependientes, los cambios en un área influirán en los resultados de la otra. Para lograr los máximos beneficios, deben ser manejadas juntas, de lo contrario el enfoque aislado en un área puede hacer que la otra sufra las consecuencias.

El papel de los líderes de primera línea

En el complejo entorno en el que la industria alimentaria actualmente se encuentra, es necesario contar en gran medida con la capacidad de los supervisores para comprender, interpretar, comunicar e implementar la estrategia corporativa y también mantener el piso de producción comprometido, motivado y enfocado. Cuando esto no sucede, la calidad, la eficiencia, la seguridad y el rendimiento se ven comprometidos.

Además, los supervisores enfrentan más demandas en las áreas de información y reportes y sienten presión por parte del liderazgo superior para cumplir con los objetivos de productividad y costos, sin mencionar los estándares de seguridad alimentaria y HSE (Salud, Seguridad y Medio Ambiente). De hecho, los supervisores de hoy no solo necesitan liderar, imponer y motivar, sino también actuar como maestros, facilitadores, conectores y agentes de cambio. Es un rol exigente y multifacético que requiere buenas habilidades de comunicación, toma de decisiones, manejo de conflictos, priorización y delegación.